Pero ahora no. No es su tercera pelea contra el mexicano Juan Manuel Márquez, que figura como lo más parecido a un archirrival para el incomparable campeón de ocho divisiones.
Los entrenadores de Pacquiao están percibiendo un gesto inquietante en el también legislador filipino, que empezó un completo régimen de entrenamiento con carreras antes del amanecer y sesiones prolongadas en el gimnasio antes incluso de que la pelea fuera anunciada.
La continua fila de contrincantes de entrenamiento que vencidos y sangrantes salen del gimnasio Wild Card demuestra un ángulo que nadie del grupo de Pacquiao ha visto jamás.
“No estoy molesto, pero estoy ansioso porque él anda afirmando que ganó las peleas”, explicó Pacquiao mientras se vendaba las manos en el armario de escobas que le sirve como vestuario en el gimnasio del entrenador Freddie Roach en Hollywood.
“Por eso entreno arduamente, porque quiero acabar con esto, con todas las dudas. Esta es nuestra última pelea”.
Pacquiao admite que fue insultado por la fanfarrona insistencia de Márquez de decir que él fue el ganador de los primeros dos enfrentamientos, los cuales terminaron en un empate, en el 2004, y una decisión dividida que favoreció a Pacquiao en el 2008. Márquez inclusive viajó a Las Filipinas para hacer público su caso, portando una playera que decía: “Fuimos Robados”.
En verdad ambos combates fueron extraordinarias muestras de estilo y pasión, con la agresión y la dureza de Pacquiao, emparejando los contragolpes y combinaciones de Márquez a través de 24 fascinantes rounds. Pacquiao derribó a Márquez tres veces en el primer round de la primera pelea, y volvió a derribarlo una vez más en la revancha, pero Márquez logró recuperarse en ambos casos para emparejar los combates, haciendo más daño a Pacquiao que cualquier otro oponente en la década pasada.
“A él le parece que es personal, porque habla mucho, y necesita probarlo”, dijo Pacquiao, quien se enfrentará a Márquez en el MGM Grand Garden en Las Vegas, el próxomo 12 de noviembre. “Él habla mucho, y eso no es bueno para un boxeador, el hablar mucho y no ser un hombre de acción. Yo, por el contrario, no hablo tanto; yo soy más un hombre de acción”.
“Pacquiao está combatiendo de manera más agresiva, y está corriendo más millas, de las que normalmente corre, en este momento de su preparación para la pelea”, dijo Roach. “También está entrenando de manera más sagaz con el entrenador de fuerza Alex Ariza, quien finalmente lo está convenciendo sobre los beneficios que le ofrece un día ocasional de descanso, para rejuvenecer los músculos de sus pantorrillas, que se acalambraron la última vez que peleó con Márquez”.
“Nunca lo había visto tan concentrado, y creo que es porque esta vez es personal, estoy seguro de ello”, dijo Ariza, poco antes de que Pacquiao derribara a otro palooka a través de las cuerdas del Wild Card Gym.
Fuente: diario.com.mx
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