La adolescente de 16 años padece una extraña enfermedad llamada síndrome de San Sebastián, y cuando Igor González abandonó a Olga, se desentendió de sus obligaciones como padre, y ahora, después de tantos años, cree tener derechos sobre la niña.
Olga, a través de sus abogados afirmó que seguirá luchando hasta lo imposible para que su hija no le sea arrebatada, pues considera que con su padecimiento, por su bien, ella debe permanecer en el entorno familiar donde ha vivido siempre.
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